martes, 22 de marzo de 2011

Dame tu facebook...

No, gracias.

Alucino con la obsesión que tiene la gente con querer ser tu "amigo" en Facebook (llámalo facebook o llámalo equis... Me refiero a cualquier red social).

Ayer nos dio clase una persona que trabaja en Tuenti y estuvimos toda la tarde inmersos en la locura de las redes sociales. Clasificamos a la gente en grupos según su participación en las mismas. Yo creo que, fácilmente, entraría en los "Adorer" o "Heavy users". No me avergüenzo, no pasa nada. Que las redes sociales han sido un boom no es un secreto para nadie. Que cada vez más gente pasa más tiempo en ellas, tampoco. Que nos gustan, que nos divierten, que nos entretienen, le pese a quien le pese, es un hecho.

Las redes sociales se han ido convirtiendo, poco a poco, en plataformas que las personas utilizan para comunicarse entre sí. Esto está muy bien (a mi me lo parece), pero me alucina cuando escucho que hay casos en los que la gente habla más online que offline ¿Adónde vamos a llegar? Este no es mi caso, no por nada. Como ya os he dicho me considero, fácilmente, una "Adorer" o "Heavy user", pero los que me conocéis bien (y no tan bien... En realidad no hace falta conocerme bien para saber esto...) sabéis de sobra que con lo que hablo esto sería prácticamente inviable...

Bueno, a lo que iba, que me lío con mi característica forma encantadora de liarme cuando empiezo a hablar y no llego a donde quiero llegar.

Tuvimos otra clase, el nombre de la cual no recuerdo debido a mi corta memoria, en la que estuvimos debatiendo el por qué del éxito de las redes sociales. Fue bastante interesante porque, si te pones a pensarlo, no se entiende mucho por no decir nada. Nuestra sociedad siempre había tendido hacia el individualismo, al "yo, me, mi, conmigo", a la auto-suficiencia... Y, de repente, empiezan a aparecer las diferentes redes sociales y se convierten en un boom. Algo está pasando. Algo nos estamos perdiendo.

Meterte en una red social, es como volver a salir a la plaza del pueblo, es un "pasen y vean" y lo peor es que te suele gustar que la gente pase y vea. Repito, algo está pasando. Es evidente que ésta no es la misma sociedad que tendía al "yo, me, mi, conmigo".

Nos explicaron aquel día, que habíamos llegado al límite del individualismo. Y una vez llegados al límite, volvimos a necesitar comunicarnos unos con otros, volvimos a necesitar relacionarnos, volvimos a necesitar compartir, opinar, participar, volvimos a necesitar formar parte de algo. Así como cuando formas parte de un pueblo en el que la gente te conoce y cuando pasas por la plaza pueden decir "Ese es de fulanito" (haciendo referencia al mítico "¿Y tú de quién eres?") Pues así. Eres de alguien. Eres de algo. Y eso nos gusta. Al menos, de momento.

Parece que en las redes sociales hemos encontrado todo eso que habíamos ido perdiendo. Parece.

Lo que sí que está pasando, es que estamos asistiendo a una sobrecomunicación. Porque, no sé vosotros, pero yo hablo por gmail, facebook o leo diariamente tweets de gente a la que veo todos los días. No, claramente esto no es nada necesario. Pero aún así, lo hacemos. Nos entretiene. Nos divierte. Nos distrae. Nos gusta. Otra vez.

Como decía antes, de momento nos gusta. Pero, sinceramente, me gustaría saber cuanto tiempo más nos va a seguir gustando.



"Cuando alguien habla demasiado,
sus palabras suenan sin oírse."
Konrad Adenauer

4 comentarios:

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  2. Susana!
    Me ha encantado esta publicación. Me parece una crítica y una reflexión digna de una columna periodística. Estoy muy de acuerdo con algo, y es que nos gusta publicar nuestro "yo" interior y más aún recibir el feedback. Nos hace saber que existimos.
    Me encanta la forma con la que escribes y desarrollas un tema! Ya sabes que soy tu seguidor.

    Jhonja! :)

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  3. Muy buen post, estoy de acuerdo con tu reflexión.

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