jueves, 23 de julio de 2015

Los abuelos deberían ser eternos...

Y, en parte, que creo que lo son. Pero me refiero a que nunca deberían abandonarnos. Y no deberían hacerlo, porque cuando lo hacen nos dejan muy perdidos. Tan perdidos que no es raro que cada vez nos perdamos más.

Y me explico...

Cuando tienes la suerte de conocer a tus abuelos y convivir con ellos y vivirlos, descubres otro mundo. Paralelo al tuyo, pero otro mundo. Recto, constante, firme, entregado y sin reservas.
Un mundo que, cuando lo descubres, te das cuenta de que marca otro camino, sigue otro rumbo, tiene otro fin.
Un mundo que, por desgracia, destaca por su escasez, que está en peligro de extinción, que muchos quizá no hayáis conocido y que, los que hemos tenido la suerte de conocer, no hubiéramos querido abandonar jamás.

Y no lo hubiéramos querido abandonar porque es un mundo capaz de cambiar hasta tus propias percepciones.

Y me vuelvo a explicar...

Los que me conocéis, sabéis que yo nunca he sido de querer casarme. Me refiero, si algún día decide(s) que sea s(t)u Milano me casaré con(tigo) él y seré la primera en disfrutarlo. Pero a lo que me refiero es a que nunca he sido esa chica que sueña con el día de su boda, su vestido de princesa y los milquientoscincuentaydos ojos de sus setecientossetentayseis invitados puestos en ella. Yo nunca he sido esa chica y, a lo mejor (o precisamente por ello) eso del matrimonio nunca me ha hecho especial ilusión. Pues os vais a reír (o no), pero siempre me han entrado ganas de casarme cuando he visto a mis abuelos.

Estar más de 60 años con una persona, ¿cómo se hace?
Superar todos los problemas junto a la persona que has elegido y seguir enamorado después de los años, ¿es posible?
Seguir casados en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe, ¿aún existe?
Después de estar más de 60 años viviendo con una persona, ¿cómo te acostumbras a estar sin ella? ¿Se puede? 

Nuestros abuelos, los míos al menos, siempre han sido los encargados de demostrarnos que sí, que es posible y que aún existe. Y que, después de estar 60 años viviendo con una persona, no te puedes acostumbrar a estar sin ella. Sobre el cómo no sabría explicarlo. Me imagino que, como todas las cosas importantes en la vida, hay que vivirlo para entenderlo.

Y yo me siento muy afortunada por haberlo vivido a través de ellos. Porque en los tiempos que corren, en los que corremos mucho para poder seguir el ritmo de no sabemos qué, creo firmemente que cada vez damos menos importancia a las cosas que más importancia deberían tener. 

Hoy hace tres años que decidiste irte con tu Antonio y yo medio empecé a escribir estas líneas que, por alguna razón, nunca supieron convertirse en un post. Y tampoco tengo claro que ahora lo hayan conseguido. No sé bien si por exceso de sentimientos o por falta de espacio virtual para expresarlos. O seguramente sea por ambas cosas.

Lo que sí sé es que empecé a escribirlas en un intento de tener la despedida que no pudimos tener. Pero tres años después de pensar por primera vez que los abuelos deberíais ser eternos, me he dado cuenta de que, como decía al principio, en realidad creo que lo sois. Al menos tú y tu costillo. Al menos, para nosotros. Porque sé que cuando os fuisteis decidisteis dejarnos vuestro mundo. Recto, constante, firme, entregado y sin reservas.

Ése que escasea y que está en peligro de extinción.

El que conocimos y descubrimos gracias a vosotros.

El mismo que es capaz hasta de cambiar nuestras propias percepciones. Para que, aunque de vez en cuando nos sigamos empeñando en hacerlo, no nos perdamos.

Para que podamos seguir viviendo cada día con vuestro ejemplo.


"Algunos amores duran toda la vida, los verdaderos (como el vuestro) duran toda la eternidad."

1 comentario:

  1. Mi muy querida ahijada
    Me he emocionado al leer tan sentidas y bien construidas frases dedicadas a tus abuelos. Has entendido muy bien a tus abuelos y su papel con sus nietos. Espero, no tardando mucho escribas un post para tus padres. Te quiero preciosa. Tu padrino Y tío Fernando.

    ResponderEliminar